Impacto esperado e impacto confirmado de la economía colaborativa
31 de enero de 2017
Por Jacques Bulchand Gidumal y Santiago Melián González
Hace unos días, durante una entrevista para un medio escrito nos preguntaban si realmente creíamos que la economía colaborativa tenía la capacidad de transformar las relaciones en la sociedad, tal y como predice, entre otros, Rifkin.
Es complicado, en este momento, a principios de 2017, ser capaces de prever en qué medida la economía colaborativa acabará transformando la sociedad, la forma en que nos relacionamos, la manera en que consumimos o si acabaremos prefiriendo alquilar coches a poseerlos.
Parece meridianamente claro que la economía colaborativa tendrá un impacto significativo en la sociedad, en las relaciones entre las personas y, por tanto, en la forma en que funciona la economía. Lo que quizás es más complicado de predecir es en qué medida generará este impacto (¿la economía colaborativa será responsable del 5% o del 75% del total de la economía?) y cuándo ocurrirá esta transformación (2020 o 2035).
Entre los muchos informes e intentos de predecir el futuro, probablemente el más citado sea el estudio de PwC, que menciona un impacto de la sharing economy (el término más popular en lengua inglesa y cuya equivalencia, al menos a nivel de uso, es similar a lo que en castellano denominamos como economía colaborativa) en 2025 de 335 mil millones de dólares.
Como suele ocurrir con todas las predicciones, solo el tiempo las confirmará. Pero algunas noticias que han aparecido recientemente y que hacen referencia a cuestiones que ya están pasando, pueden ayudarnos a entender que el ritmo de transformación social es mayor y más directamente “visible” a corto plazo de lo que cabría esperar:
- París culpa a Airbnb de la caída de residentes en algunos distritos. Según los responsables de la ciudad de París, la caída de residentes de hasta un 5 por cierto en algunos distritos se debe, entre otras cuestiones, al auge de las segundas residencias orientadas al alquiler vacacional. Dejando aparte la cuestión de si Airbnb tiene la capacidad de causar estos efectos, sí parece claro que se están produciendo cambios en la fisonomía de las ciudades.
- Impacto de Airbnb sobre el negocio hotelero, al respecto de cómo Airbnb está atrayendo a los clientes más rentables de los hoteles y el impacto de dicha web sobre los precios hoteleros en Austin (Texas), forzando a que los hoteles reduzcan sus ingresos por habitación entre un 8% y un 10%, debido a la reducción de los precios y un menor porcentaje de ocupación.
- Uber y su impacto sobre los taxis en algunas ciudades del mundo, como, por ejemplo, Los Ángeles. Ya son varias las ciudades que han alertado sobre la posibilidad de que, a medio plazo, los taxis como los hemos conocido tradicionalmente acaben por desaparecer.
En definitiva, en base a las cifras de usuarios ya era evidente que la economía colaborativa ha llegado para quedarse. Ahora también empezamos a tener claro, con datos medibles, que su impacto no va a ser, ni mucho menos, banal.
(Foto de Moyan Brenn en Flickr)